lunes, 21 de abril de 2014

Aprovechando la fruta de temporada: receta de mermelada de fresas y vainilla


El otro día me levanto y me encuentro a Esposo con rictus circunspecto. - “Que se ha terminado la mermelada”- me dice. Tragedia total teniendo en cuenta que lo que se había acabado era el último bote de nuestra producción doméstica. Así que pregunté en Twitter en busca de inspiración, la cual me vino gracias a Las tartas de Paz, que me sugirió utilizar fresas para mi próxima mermelada. Como están de temporada, podemos preparar una deliciosa conserva a buen precio y claro, sin lactosa.

Lo que más me ha gustado de esta receta es el olor que llena la casa mientras la preparas y el precioso e intenso color rojo brillante de la mermelada de fresas casera. 

Ingredientes (con estas cantidades me han salido dos botes de 250 gramos y 4 botes de 100 gramos)
  • Dos kilos de fresas. Yo compré una caja por 2,50 euros.
  • Cuatro sobres de azúcar vainillado o una cucharada de esencia de vainilla, o una vaina de vainilla, al gusto. Si no te motiva la vainilla, puedes usar otras especias o ninguna.
  • Anís estrellado al gusto. Yo utilicé una estrella.
  • 200 gramos de azúcar blanco.
  • 200 gramos de azúcar moreno. Me gusta ponérsela por el toque caramelizado.
  • El zumo de un limón, y por si la mermelada se pone rebelde, un trozo de piel del limón. Tanto el limón como su piel contienen pectina que ayuda a que espese la mermelada.
  • Paciencia.
Lo primero, si vas a conservar la mermelada durante una temporada, es esterilizar unos botes de cristal. Yo lo hago así: meto los botes en una olla con agua que llevamos a ebullición. Es importante que el agua cubra los botes totalmente. Yo los dejo 20 minutos hirviendo, los saco con unas pinzas y los dejo secar sobre papel de cocina. Antes de usarlos deben estar bien secos. Este es el primer paso de la esterilización. Cuando la mermelada esté hecha, seguimos.

Quitamos el pedúnculo y el troncho blanco de las fresas y las cortamos en dos o cuatro pedazos. No te esmeres en el corte, que luego vamos a espachurrarlas sin piedad.

En una olla, ponemos las fresas cortadas, el zumo del limón, los sobres de azúcar vainillado, el azúcar y el anís estrellado. Puedes usar las especias que prefieras, yo he elegido estas dos. Dejamos nuestras fresas macerando, mínimo durante una hora. Mientras, te da tiempo a ver un capítulo de Juego de Tronos, o lo que quieras, pero no seas impaciente.

Cuando estén maceradas, tienes dos opciones: si no te gustan los trozos en la mermelada, tritura las fresas antes de cocinarlas. Si la prefieres con trozos, pon directamente la olla a fuego medio y ve removiendo de vez en cuando. A los diez minutos aproximadamente puedes espachurrar un poco las fresas, yo lo hice con mi querido machaca-patatas.

Ahora es cuando empieza a oler cada vez mejor. Mantén la calma, nos queda un rato. La mermelada debe hervir, aunque yo procuro que no sea un hervor tipo volcán, sino más suave. Así evitas muchas salpicaduras, porque salta y quema mucho. Durante todo el proceso hay que ir removiendo para que no se nos pegue, sobre todo al final.

El tiempo de cocción dependerá de cómo te guste de densa la mermelada. A mí me gusta compactita y la tuve al fuego 45 minutos. Un truco para comprobar la textura que va adquiriendo es sacar un poquito en un plato y meterlo en el congelador para que se enfríe. Si crees que no está espesando lo suficiente, puedes darle un extra de pectina añadiendo a la cocción un trozo de piel de limón (lo quitaremos antes de llenar los tarros).

Cuando nuestra mermelada esté lista, rellenamos los botes hasta donde empieza la rosca de la tapa. Los cerramos muy bien y los ponemos en una olla con agua. Tienen que estar totalmente cubiertos. Hervimos durante 20-30 minutos y los dejamos enfriar dentro de la olla. No escatimes con el tiempo de hervido, es fundamental para mantener en óptimas condiciones las conservas.

Sabremos que hemos hecho bien el vacío en los botes si al apretar la tapadera con el dedo, permanece en su sitio, sin abombarse y sin ceder hacia abajo. Cuando vayas a consumir un tarro que lleva tiempo guardado, tiene que sonar un "click" al abrirlo. Es otra forma de comprobar que el vacío está bien y no hay problemas de conservación.

Espero que os guste esta receta y si la hacéis, ¡contadme vuestros resultados!


Feliz semana deslactosada.

4 comentarios:

  1. Pedazo de receta!!!!!!!!!! Me ha encantado, sobre todo la dedicatoria, jajaja. Ya en serio, yo había hecho mermelada de fresas, pero tengo que probarlas con ese toque de anís y el azúcar moreno. Deseando estoy!!!!

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    1. Lo del anís fue una decisión suicida que me salió bien, es que huele taaan a infancia :) Muchas gracias por comentar.

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  2. Hoola guapisima ya estoy por aquiii!! Has probado darle un toque de modena a la mermelada de fresas ?? ufss sabe delicioso !! solo un toque ! claro pero es divino a mi me gusta mucho !! un besete
    Milicocinillas

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  3. ¡Muchas gracias por visitar el blog! Para la próxima remesa de mermelada, haré caso de tu consejo y le pondré el toque de módena, seguro que está impresionante.

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